La nueva obra de Gustavo Moscona es una adaptación de un cuento propio. En él, el autor plantea los riesgos que genera la convivencia en una pareja. Humor y algunos elementos fantásticos se mezclan con dramas cotidianos y violencia doméstica
La transformación del alma humana en situaciones límites, la radiografía de lo peor del comportamiento de una persona cuando su contexto se modifica, son algunos de los tópicos del sociólogo, dramaturgo y director teatral, Gustavo Moscona.
Como buen sociólogo, a Moscona le interesa investigar porque la sociedad reacciona de la manera en que lo hace, que lleva a cualquier persona a transformarse física y mentalmente en otra cosa, o mejor dicho, desnudar su verdadera naturaleza frente al otro.
Mudanzas, desde su concepción minimalista y cotidiana plantea una metamorfosis. Un personaje se siente invadido y decide exhibir lo que realmente es, un ser violento, que transgrede las normas domésticas con la función de no dejarse herir en el orgullo, ese orgullo misógino tan identificado con el hombre argentino de clase media.
Fantasmas del pasado se vuelven reflejos de un presente ácido y violento. La (des)carga sexual y la pretendida dominación sobre el sexo opuesto, dejan de ser un mal social para transformarse en una realidad intimista y cotidiana.
Un pareja de novios se muda a un flamante departamento. La mudanza, como metáfora de la mudanza de piel de un insecto, es la oportunidad perfecta para que el personaje de él deje atrás su vida pasada: cartas de viejos amores y discos conviven dentro de cajas, que son cargas que el personaje lleva consigo hace décadas. Por otro lado, está ella, que en contraste a él, por primera vez vive lo que es mudarse con alguien. No tiene una mochila con el pasado a sus espaldas. La diferencia de edad comienza a notarse tanto como la tensión que se va generando -y acumulando- desde la primera hasta la -ultima escena.
Las interpretaciones de Carolina Barrera y Norberto Novellis, ayudan a construir una simbiosis entre personajes y actuaciones. La química de ambos, permite sentir empatía por esa pareja, que de a poco se va a ir quebrando, atravesando un arco dramático verosimil, pero también violenta. En el medio de ambos, un testigo. Una figura omnipresente -Carlos Ocampo- simpática que le aporta un poco, y necesaria, cuota de liviandad, a fuerza de carisma y elegancia.
Solo tres personajes atraviesan este decorado, que no es más ni menos que un living como el de cualquiera. Mudanzas, bajo su capa de melodrama conyugal es un pequeño ejercicio de autoreconocimiento. De como en lo cotidiano sucede lo extraordinario, que cada vez, y lamentablemente, es más ordinario en las parejas de la actualidad.
La figura masculina se ve representada en toda su bestialidad. Moscona acude a estereotipos para del hombre para demostrar su llama primitiva y su poco sentido de autocrítica. El orgullo herido despierta al monstruo, los celos, son una carga que va afectando la convivencia, y lo fantástico intercede en tono poético para demostrar, que la energía violenta es una carga genética, que no pertenece solamente a esta generación.
Una puesta sencilla, pero cuidada desde lo estético, los contrastes de color, la soberbia elección musical, e incluso, pequeñas pero llamativas coreografías, transforman a Mudanzas en una propuesta atractiva, tanta desde lo sensitivo inmediato hasta lo más implícito, aquello que nos queda resonando por días, a veces por semanas y por meses, y que lamentablemente nos identifica. Porque el teatro -o el arte en general- funcionan como un espejo en el que a veces no queremos vernos reflejados, porque no importa cuantas veces nos mudemos, o mudemos nuestra piel, o cambiemos de vida, o cuantas casas habitemos o nos queden por habitar, seguiremos siendo los mismos, seguiremos siendo humanos, tendremos contradicciones, virtudes que nos vuelvan atractivos, y defectos, que solamente están esperando un chispazo, para que se transformen y exhiban al monstruo que llevamos dentro.
Ficha técnico artística
Autoría: Gustavo Moscona
Actúan: Carolina Barrera, Norberto Novellis, Carlos Ocampo
Escenografía: Graciela Piresko
Diseño gráfico: Graciela Piresko
Asistencia de dirección: Candelaria Garlik
Dirección: Gustavo Moscona
EL ESTEPARIO TEATRO, Medrano 484
Teléfonos: (whatsapp)1541690859
Web: http://facebook.com/elesteparioteatro
Entrada: $ 250,00 / $ 200,00 - Viernes - 21:00 hs - Hasta el 27/07/2018
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